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Infidelidad masculina entre el deseo, la rutina y la oportunidad

hombre gay sensual atractivo acostado en la cama desnudo

Hay quienes juran que no podrían hacerlo jamás, y otros que lo hacen como si fuera parte de su naturaleza. La infidelidad genera culpa, morbo, deseo, miedo… pero también placer. ¿Por qué algunos hombres cruzan esa línea sin pensarlo? ¿Es realmente algo inevitable o solo un reflejo de lo que nos falta? Ser infiel no siempre es cuestión de amor o compromiso. A veces es más profundo, más instintivo, más físico. Y sí, más caliente.


Infidelidad masculina entre deseo, rutina y oportunidad
Fotografía: giolimardo

Lo biológico: el deseo no tiene anillo

El cuerpo no entiende de votos ni de exclusividad. La testosterona no firma pactos de fidelidad. Muchos estudios sugieren que, biológicamente, estamos diseñados para desear más de una persona, especialmente en ciertos momentos de alta excitación o necesidad emocional. La atracción sexual por otros, incluso estando en pareja, no es una falla… es parte del juego humano. Lo que haces con ese deseo es lo que cambia todo.


Infidelidad masculina entre deseo, rutina y oportunidad
Fotografía: giolimardo

La rutina como asesina silenciosa

Hay relaciones que se apagan sin que nadie lo diga. El sexo se vuelve mecánico, la pasión desaparece, y la piel ya no se eriza con quien duerme al lado. En ese vacío, cualquier roce externo puede sentirse como una tormenta eléctrica. Lo circunstancial aparece cuando lo cotidiano ya no excita, y alguien más —con una simple mirada o mensaje— recuerda que aún puedes sentirte deseado.


Infidelidad masculina entre deseo, rutina y oportunidad
Fotografía: giolimardo

La oportunidad… ese fuego difícil de apagar

Estar en el lugar correcto, con la persona equivocada, en el momento más caliente. A veces no es amor, ni falta de compromiso, es simplemente una situación que estalla. Un encuentro en el gimnasio, una fiesta, una conversación que se alarga, una copa de más… y el instinto hace lo suyo. ¿Fue planeado? No. ¿Fue buscado? Tal vez no. ¿Fue intenso? Definitivamente sí.


Infidelidad masculina entre deseo, rutina y oportunidad
Fotografía: giolimardo

Lo prohibido como afrodisíaco

Hay hombres que se excitan más con lo que no deben. Que se calientan solo con saber que están rompiendo una regla. La infidelidad también puede ser una forma de rebeldía sexual, una forma de recuperar el poder, el deseo, la adrenalina. Lo prohibido no solo atrae… a veces es lo único que logra despertarte después de mucho tiempo dormido.


Infidelidad masculina entre deseo, rutina y oportunidad
Fotografía: giolimardo

No todos lo hacen… pero todos lo piensan

Aunque no todos lo cruzan, muchos fantasean con ser infieles. Con alguien más joven, más salvaje, más atento. Esa fantasía no te convierte en traidor, pero sí revela una verdad: la fidelidad no siempre es natural, es una elección diaria. Una que se tambalea cuando el cuerpo pide lo que la rutina ya no da.


Infidelidad masculina entre deseo, rutina y oportunidad
Fotografía: giolimardo

Ser infiel no siempre es una condición, ni siempre es una debilidad. A veces es biología, otras veces es vacío, otras… simplemente una oportunidad que arde demasiado. El deseo no se apaga con compromisos, solo se transforma. Y si bien ser fiel puede ser un acto de amor, ser infiel también puede ser una búsqueda desesperada de sentirse vivo otra vez. No hay una sola verdad, pero sí una certeza: nadie está completamente a salvo del fuego que provoca lo prohibido.

 
 
 

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